¿EL PANTEÓN DE LOS EMIRES DE LA TAIFA DE MURCIA?
El castillo de la Asomada se encuentra en el término municipal de Murcia, enclavado en un estratégico lugar: una gran elevación montañosa conocida como Cabezo del Puerto que se yergue 532 m sobre el nivel del mar, a cuyos pies se sitúa el Puerto de la Cadena, uno de los pasos montañosos que, desde tiempos remotos, conectan el Campo de Cartagena y la Huerta de Murcia.
Hemos llegado a la conclusión que fue el lugar donde estuvieron enterrados los emires murcianos de la tercera taifa, los Hud, y probablemente, el único de la segunda, Ibn Mardanish, el Rey Lobo.
Hay que recordar que la segunda taifa existió entre 1147 y 1172, y tuvo un único emir, Muhammad b. Saad b. Mardanish, al que muchos cronistas cristianos reconocieron con el sobrenombre de “El Rey Lobo”. Este emir luchó contra los almohades hasta su muerte, durante el sitio de la ciudad de Murcia. La tercera taifa se prolongó entre 1228 y 1266, y tuvo como emires a Muhammad b. Yusuf b. Hud, más conocido como “Abenhud”, y a otros cuatro emires más. En ambos periodos taifa Murcia fue capital de al-Andalus, siendo finalmente disuelta por Alfonso X e integrada en el Reino de Castilla y León en 1266, tras aplastar la revuelta mudéjar con ayuda de su suegro el aragonés Jaime I
Precisamente gracias a la obra fundamental del rey aragones, el Llibre dels Feyts (Libro de los Hechos), una crónica escrita en catalán medieval que relata los hechos de su reinado, encontramos la pista conque arrancar nuestra investigación y dar, finalmente, con el emplazamiento del panteón. El texto, poco conocido para los historiadores murcianos, contiene un fragmento en referencia a los últimos días de diciembre de 1265, cuando Jaime I iba a poner sitio a Murcia, que nos decía que “en la montaña donde se va a Cartagena enterraban a los reyes de Murcia, y en un peñón, Abenhud reposa”. Advertidos de que se estaba refiriendo al Puerto de la Cadena, no nos fue difícil identificar el peñón como el Morrón, en donde se ubica un edificio de época medieval que hasta ahora tenía difícil identificación.
En efecto, en aquella cumbre se sitúa lo que se conoce popularmente como “Castillo de La Asomada”. Se trata de un recinto rectangular cuya construcción los arqueólogos han atribuido acertadamente al reinado de Ibn Mardanish, dado que, entre otras características, su perímetro es muy similar al del Castillejo de Monteagudo. Sin embargo, en nuestra opinión, la tipología del edificio no parece ajustarse a la de un castillo, pues carece de sus elementos básicos: aljibe, puerta acodada, etc.; no tuvo sentido defensivo alguno en su emplazamiento; y, se halla muy alejado de la ruta que tradicionalmente los historiadores pretendían que controlara. Por todo ello concluimos en que estabamos ante edificio civil con apariencia fortificada, como el mencionado Castilllejo de Monteagudo.
En fin, el hallazgo del texto de Jaime I, y los sucesivos estudios del recinto llevados a cabo por nuestro equipo, nos ha pemitido identificar el denominado “Castillo de La Asomada” como el panteón de los emires murcianos. Falta realizar una excavación arqueológica que determine exáctamente la estructura interna del panteón, aunque somos muy pesimistas al respecto, pues no encontramos restos de estructuras de enterramiento, ni esperamos encontrarlos en un futuro, porque, del mismo modo que hizo Boabdil cuando entregó Granada a los Reyes Católicos, creemos plausible pensar que Abu Bakr b. Hud, último emir efectivo de Murcia, desmontó y destruyó el panteón en 1266, y se llevó los restos de sus antepasados al exilio.
Antonio Vicente Frey Sánchez
Doctor en Arqueología, se ha especializado en historia de la Edad Media, concretamente de la historia del Occidente Musulmán.
En el equipo de investigación encabezado por el Dr. Antonio Vicente Frey Sánchez han participado Pedro Rosique Giménez y Mariano Sanz Navarro. Para las prospecciones ha contado con autorización de la Dirección General de Bienes Culturales. Y se ha realizado con financiación privada.
(4 fotos)El castillo de la Asomada se encuentra en el término municipal de Murcia, enclavado en un estratégico lugar: una gran elevación montañosa conocida como Cabezo del Puerto que se yergue 532 m sobre el nivel del mar, a cuyos pies se sitúa el Puerto de la Cadena, uno de los pasos montañosos que, desde tiempos remotos, conectan el Campo de Cartagena y la Huerta de Murcia.
Hemos llegado a la conclusión que fue el lugar donde estuvieron enterrados los emires murcianos de la tercera taifa, los Hud, y probablemente, el único de la segunda, Ibn Mardanish, el Rey Lobo.
Hay que recordar que la segunda taifa existió entre 1147 y 1172, y tuvo un único emir, Muhammad b. Saad b. Mardanish, al que muchos cronistas cristianos reconocieron con el sobrenombre de “El Rey Lobo”. Este emir luchó contra los almohades hasta su muerte, durante el sitio de la ciudad de Murcia. La tercera taifa se prolongó entre 1228 y 1266, y tuvo como emires a Muhammad b. Yusuf b. Hud, más conocido como “Abenhud”, y a otros cuatro emires más. En ambos periodos taifa Murcia fue capital de al-Andalus, siendo finalmente disuelta por Alfonso X e integrada en el Reino de Castilla y León en 1266, tras aplastar la revuelta mudéjar con ayuda de su suegro el aragonés Jaime I
Precisamente gracias a la obra fundamental del rey aragones, el Llibre dels Feyts (Libro de los Hechos), una crónica escrita en catalán medieval que relata los hechos de su reinado, encontramos la pista conque arrancar nuestra investigación y dar, finalmente, con el emplazamiento del panteón. El texto, poco conocido para los historiadores murcianos, contiene un fragmento en referencia a los últimos días de diciembre de 1265, cuando Jaime I iba a poner sitio a Murcia, que nos decía que “en la montaña donde se va a Cartagena enterraban a los reyes de Murcia, y en un peñón, Abenhud reposa”. Advertidos de que se estaba refiriendo al Puerto de la Cadena, no nos fue difícil identificar el peñón como el Morrón, en donde se ubica un edificio de época medieval que hasta ahora tenía difícil identificación.
En efecto, en aquella cumbre se sitúa lo que se conoce popularmente como “Castillo de La Asomada”. Se trata de un recinto rectangular cuya construcción los arqueólogos han atribuido acertadamente al reinado de Ibn Mardanish, dado que, entre otras características, su perímetro es muy similar al del Castillejo de Monteagudo. Sin embargo, en nuestra opinión, la tipología del edificio no parece ajustarse a la de un castillo, pues carece de sus elementos básicos: aljibe, puerta acodada, etc.; no tuvo sentido defensivo alguno en su emplazamiento; y, se halla muy alejado de la ruta que tradicionalmente los historiadores pretendían que controlara. Por todo ello concluimos en que estabamos ante edificio civil con apariencia fortificada, como el mencionado Castilllejo de Monteagudo.
En fin, el hallazgo del texto de Jaime I, y los sucesivos estudios del recinto llevados a cabo por nuestro equipo, nos ha pemitido identificar el denominado “Castillo de La Asomada” como el panteón de los emires murcianos. Falta realizar una excavación arqueológica que determine exáctamente la estructura interna del panteón, aunque somos muy pesimistas al respecto, pues no encontramos restos de estructuras de enterramiento, ni esperamos encontrarlos en un futuro, porque, del mismo modo que hizo Boabdil cuando entregó Granada a los Reyes Católicos, creemos plausible pensar que Abu Bakr b. Hud, último emir efectivo de Murcia, desmontó y destruyó el panteón en 1266, y se llevó los restos de sus antepasados al exilio.
Antonio Vicente Frey Sánchez
Doctor en Arqueología, se ha especializado en historia de la Edad Media, concretamente de la historia del Occidente Musulmán.
En el equipo de investigación encabezado por el Dr. Antonio Vicente Frey Sánchez han participado Pedro Rosique Giménez y Mariano Sanz Navarro. Para las prospecciones ha contado con autorización de la Dirección General de Bienes Culturales. Y se ha realizado con financiación privada.
http://interculturalita.blogspot.com.es/2009/11/los-moriscos-que-no-se-fueron-los-manos.html
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