miércoles, 29 de octubre de 2014

Irán dos hermanos sonrien antes de ser separados brutalmente. Bahram Ahmadi (derecha) fue ejecutado el 27 de diciembre de 2012. Su hermano, Shahram Ahmadi (izquierda) está en espera de ejecución en la cárcel de Rajai Shahr, Karaj. Two brothers smiling before they were brutally separated. Bahram Ahmadi (right) was executed on 27 December 2012. His brother, Shahram Ahmadi (left) is awaiting execution in Rajai Shahr prison, Karaj.

 Dos hermanos sonrien antes de ser separados brutalmente.
Bahram Ahmadi (derecha) fue ejecutado el 27 de diciembre de 2012. Su hermano, Shahram Ahmadi (izquierda) está en espera de ejecución en la cárcel de Rajai Shahr, Karaj.

 Ambos eran predicadores sunnis en Irán fueron condenados a muerte tras ser acusados falsamente de 'moharabeh' (enemistad contra Dios). Bahram Ahmadi fue uno de los diez hombres falsamente acusados de participar en el asesinato de un clérigo con vínculos con el régimen que fue asesinado por hombres desconocidos. Los diez hombres sunnis habían sido detenidos y permanecian en prisión meses antes del incidente, no era físicamente posible estar involucrados. (Este hecho ha sido documentado por organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional). De los diez hombres, seis ya han sido ejecutados. Esta es una táctica común empleada por el régimen iraní para silenciar a sus críticos,  detienen a los predicadores y activistas abiertamente bajo falsos pretextos y los acusan de varios delitos con el fin de tratar de justificar su encarcelamiento y posterior ejecución. 

They were both Sunni preachers in Iran who were sentenced to death after being falsely accused of 'Moharabeh' (enmity against God). Bahram Ahmadi was one of ten men falsely accused of involvement in the killing of a cleric with ties to the regime who was killed by unknown men. The ten Sunni men had been arrested and kept in prison months before the incident, and it was not physically possible for them to have been involved. (This fact has been documented by human rights organisations such as Amnesty International). Out of the ten men, six have already been executed. This is a common tactic employed by the Iranian regime to silence their critics, whereby they arrest outspoken preachers and activists under false pretexts and accuse them of various crimes in order to try and justify their imprisonment and execution.

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