Aisha (r), nunca estuvo en desacuerdo o cambió sus sentimientos hacia el mensajero de Alá (SAWS).
Aisha nunca estuvo en desacuerdo o cambió sus sentimientos hacia el mensajero de Alá (SAWS). Sin embargo, ella le preguntaba frecuentemente acerca de los sentimientos de él hacia ella. Una vez, ella le preguntó, ¿Cómo es tu amor por mí? Y ella le respondió, "como las fibras de un lazo" definiéndolo así como fuerte e indestructible" . Sin embargo ella aún tenía sentimientos de celos. Es verdad que el Profeta (SAWS) recordaba constantemente con respeto a sus otras esposas y a Jadiya en particular. Aisha admitiò por si misma, “no sentirse celosa de ninguna de las esposas del Profeta (SAWS), como lo hizo con Jadiya ya que hasta que muriò nunca se nteresó por otra mujer. El profeta (SAWS), solía mencionarla frecuentemente y cuando alguna vez sacrificaba un borrego al cortarlo, enviaba partes a los amigos de Kadiya. Siempre le dije: “Actúas respecto de Jadiya como si no hubiese habido otra mujer en la tierra excepto ella, estuvo cierto tiempo y tuve hijos con ella.[1] En otra ocasión la hermana de Jadiya, Halah hija de Khuwaylid, vino a Medina e hizo una visita al Profeta (SAWS). El dio muestras evidentes de que la visita le agrado mucho y la recibiò muy bien. Aisha se sintiò celosa y dijo: ¿Que te hace recordar quien murió hace tiempo y cuando Alá te ha dado algo mejor?. El profeta (SAWS), respondió “Allah no me ha dado una mejor que ella, ella creyò en mí cuando la gente me rechazò, ella confiò en mi cuando la gente me negò, ella me mantuvo con sus riquezas mientras la gente me privó, ella me dio hijos mientras otras no.[2] Rememorando sus celos, Aisha también recordó, “Nunca conocí mejor cocinera que Zafia”. Una vez que ella rompió un contenedor de comida. Le pregunté cual serìa mi deuda si hubiera hecho eso. El dijo, un contenedor puede contener y comida por comida.[3] A pesar de estos destellos de celos, Aisha nunca permitiò que la autodestruyeran o que la sacaran de control. Por ser una de las esposa del profeta, ella sabìa todo lo bueno que debìa hacer para ser una buena mujer musulmana. Otro episodio demuestra la extensión de los celos de Aisha cuando sentía que su posición peligraba. Siguiendo a la victoria de Banu Mustaliq en el año 4 de la hijarah, un numero de personas fueron apresadas por los musulmanes. Entre ellos habìa una mujer muy atractiva, Juwayiriyyah hija de al-Harith. Un día, ella fue a la casa del Profeta (SAWS) para pedir su ayuda en el reestablecimiento de su libertad. Juwayiriyyah era hija del líder de Banu Mustali, y su tribu relataba el poder de la tribu de Khuza ah, con quienes los musulmanes tuvieron que olvidar su alianza. La tribu real concertò un trato en diversos aspectos concernientes a la sociedad de ese tiempo, y muchos àrabes creyeron que casarse era una de las mejores maneras de obtener un estatus y mantener la alianza de seguridad entre las tribus. Entendiendo esto, Aisha supo que Juwayiriyyah pudo haber sido una fuerte candidata para casarse con el profeta (SAWS), asì que ella la conociò en la puerta y tratò de enviarla afuera sin que lo pudiera ver. Sus miedos fueron confirmados por el profeta (SAWS), cuando en el curso del tiempo, se casò con Juwayiriyyah. Posteriormente, Aisha admitió que esto es por lo que ella habìa tratado de enviarla lejos. Ello depuestra que el profeta (SAWS) se casò con Juwayiriyyah, con la finalidad de mantener la fuerte posición de los musulmanes en la tribu de los Khaza ah.
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