lunes, 16 de febrero de 2015

EL JARDÍN DEL RAHMAN ELMÁS MISERICORDIOSO ENTRE LOS MISERICORDIOSOS...


Libre de toda Impureza
El Paraíso está libre de todas las impurezas de este mundo. Comer y beber en esta vida se traduce en la necesidad de excreción y sus asociados olores desagradables. Si una persona bebe vino en este mundo, pierde su conciencia. Las mujeres en este mundo menstrúan y dan a luz, lo que es fuente de dolor e incomodidad.
 El Paraíso está libre de todas estas molestias: su gente no orina, ni defeca, ni escupen o sufren catarro. El vino del Paraíso, como se describe por su Creador, es el siguiente:
“…será blanco y delicioso para quienes lo beban, y no les provocará jaqueca ni embriaguez.” (Corán 37:46-47)
El agua del Paraíso no se corrompe, y su leche nunca cambia de sabor:
“...hay ríos de agua cuyas propiedades son inalterables, ríos de leche que siempre tendrá buen sabor...” (Corán 47:15)
La mujer del Paraíso es pura y libre de menstruación, hemorragia postparto y otras impurezas, y todos estarán libres de orín y heces. Dios dice:
“...tendrán esposas puras, y morarán allí eternamente” (Corán 2:25)
El profeta respondió a una persona cuando se le pregunto cómo los habitantes del Paraíso harán sus necesidades fisiológicas:
“Ellos excretarán a través de la transpiración, que tendrá la fragancia del almizcle…” (ibn Hibbaan)
Lo que hemos mencionado ha sido una simple comparación con el fin de comprender la naturaleza del Paraíso, pero como dijo Dios de sus placeres, son verdaderamente ocultos.
“Nadie sabe la alegría que le espera [a los piadosos] como recompensa por lo que hicieron.” (Corán, 32:17)

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