jueves, 26 de febrero de 2015

De Abu Abdullah Jabbab Ibn Al Arat, que Allah esté complacido con él, que dijo: "Fuimos a quejarnos al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, cuando estaba descansando a la sombra de la Kaaba con la cabeza apoyada sobre su manto. Y le preguntamos: ‘¿Es que no vas a pedir ayuda para nosotros en tus peticiones a Allah, contra estos idólatras que no cesan de hostigarnos?’ Y dijo: ‘Antes, cogían a los hombres y los metían en agujeros hechos en el suelo. Les ponían una sierra en la cabeza para después abrirlos en dos mitades. Y los peinaban con peines de hierro hasta que los dientes del peine llegaban al hueso, desgarrando la carne. Y ni con todas estas torturas conseguían hacerles renegar de su fe. Y por Allah, que Él acabará con este asunto de tal forma que llegará un tiempo en el que el viajero podrá ir desde Sanaa (Yemen) hasta Hadramaut (Hiyaz) sin temer absolutamente de nadie, excepto de Allah y del lobo sobre su rebaño. Sin embargo, vosotros tenéis mucha prisa (para que llegue ese tiempo)’." Lo relató Al Bujari.


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